Si un niño tiene una edad comprendida entre los 6 meses y los 5 años de edad, es importante saber que puede sufrir una convulsión febril cuando tiene una temperatura de 38ºC o más. Es algo bastante más común de lo que se piensa, y aunque es algo muy aparatoso y nos podemos asustar, debemos mantener la calma
Las convulsiones febriles son más comunes entre los niños de 2 años edad y entre los que las han experimentado antes o tienen antecedentes familiares.
¿Son peligrosas las convulsiones febriles?
Las convulsiones febriles no provocan un problema a largo plazo y no requieren medicación.
¿Cuando tiene un niño fiebre?
Un niño tiene fiebre cuando su temperatura está en o por encima de estos niveles:
- 38° C medida en las nalgas (rectal)
- 37.5° C medida en la boca (oral)
- 37.2° C medida bajo el brazo (axilar)
Puedes medirle la temperatura con estos termometros sin contacto.
¿Cuáles son los síntomas de las convulsiones febriles?
- Una tensión repentina de los músculos en ambos lados del cuerpo del niño que dura algunos segundos o más.
- El niño puede llorar o gemir.
- El niño se caerá si está de pie.
- El niño puede vomitar y morderse la lengua.
- Algunas veces, los niños no respiran y pueden empezar a ponerse morados.
- El cuerpo del niño puede empezar a sacudirse rítmicamente. El niño no responderá a la voz de los padres.
- Es posible que se orine.
¿Qué podemos hacer si nuestro hijo tiene una convulsión febril?
- No hay que intentar detener los movimientos convulsivos.
- Coloca al niño en el suelo en un área segura.
- Ponle encima de algo cómodo, como una manta o cojín.
- Muévelo sólo si está en un lugar peligroso.
- Afloja las prendas de vestir y quita las prendas de la parte superior
- Si el niño vomita o si se acumula saliva o mucosidad en la boca, ponle de lado o boca abajo.
- No intentes meterle nada en la boca a la fuerza para impedir que se muerda la lengua. Esto aumenta el riesgo de lesiones.
Hay que intentar bajar la fiebre del niño:
- Utiliza un supositorio de paracetamol
- No intentes darle nada a través de la boca.
- Pon paños fríos en la frente y cuello. Frota con una esponja el resto del cuerpo con agua tibia (no fría).
- Después de que termine la convulsión y el niño esté despierto, dale una dosis normal de ibuprofeno o paracetamol.