Cómo os podéis imaginar, si nuestros hijos pueden sentir cierta angustia cuando se separan de nosotros al irse a dormir, es de suponer que la primera vez que les llevemos a la escuela infantil les pueda pasar algo similar, sobre todo si los dejamos cuando son muy pequeños.
El pequeño todavía no tiene una buena comprensión del paso del tiempo y puede sentir miedo a lo desconocido, por lo que la separación puede ser algo angustiosa.
¿Qué podemos hacer para que nuestro hijo de entre 2 y 4 años supere mejor su entrada en la escuela infantil?
Lo primero que tenemos que hacer es ponernos en su lugar ¿Qué nos sucede a nosotros cuando comenzamos un nuevo trabajo? Sentimos inseguridad, pero tenemos mecanismos para superarlo: preguntamos a los demás como se hacen las cosas, sabemos que al final volveremos a casa etc… el niño todavía no ha aprendido este tipo de mecanismos de defensa. Aquí tenéis unos trucos para que la separación no se haga tan dura:
- Hay que ir alentando al niño con todo lo bueno que puede ofrecerle la escuela infantil: amigos, diversión, juegos con otros niños… Creamos expectativas positivas sin decirle que él va a terminar yendo también.
- El primer día hay que decirle que se va a quedar en la escuela y que luego pasaremos a recogerle después de que juegue con otros niños.
- El niño puede tolerar mejor o peor la separación. Todos los comportamiento son normales y simplemente hay que mostrarse comprensivo en todas las situaciones.
- Podemos ir paseando a la escuela, visitando los alrededores e incluso las aulas para que el niño se vaya acostumbrando y no le resulte un entorno desconocido cuando inicie la escuela. También podemos llevar al niño a que conozca a la futura maestra.
- El niño debería llevar un juguete o cualquier otra cosa que le de seguridad. Se sentirá más acompañado y consolado.
- Puede que el primer día no llore y si lo haga días después. Es normal. Sufren altibajos.
- Es importante transmitir al niño que la escuela infantil es un entorno de juego, en el que tendrá amiguitos y una maestra que le va a cuidar.
- Hay que hablar con nuestro hijo de lo que siente para que vea que le entendemos.
- Es necesario decirle cuantas veces sea necesario que vamos a volver a recogerle. Eso le dará seguridad.
- Podemos decirle que piense en nosotros y que nosotros también pensaremos en él.
- Es mejor no alargar las despedidas ya que le pueden poner más nervioso. Es mejor hacerlo de manera breve.
- Tenemos que despedirnos con una buena sonrisa y de la manera más alegre posible y no hacerlo con tristeza ya que nuestro hijo puede pensar que algo nos preocupa. En general, dura más la angustia de los padres que la de los niños.